Las emociones también se cultivan en el huerto
¿Es normal que me de pena arrancar una planta? ¿Existen las emociones en el huerto? La tristeza me invade mientras arranco mis plantas para dar espacio a las nuevas que vendrán.
En un huerto se arranca lo que ya no produce y, en ese mismo lugar, se siembra o se planta lo de la siguiente temporada y así sucesivamente.
En cambio en el jardín la mayoría de las plantas, excepto las de temporada, llevan una vida más relajada, sin que las estaciones le marquen el final de su existencia.
Cultivando emociones en el huerto
Estas reflexiones bullían y se cocinaban en mi cabeza mientras trabajaba en el huerto ayer por la tarde.
Después de estar unos cuatro meses adornando mi huerto, y sin exagerar, ya que estas plantas formaban un biombo en el surco que no permitía ver más allá de ellas, me toca arrancar las plantas de maíz, quebrándolas y cortándolas.
Cada planta de maíz da cuatro marzorcas aunque sólo dos de ellas son aprovechables.
¿Alguien sabe si las plantas sufren? Racionalmente sé que no o al menos sé que no de la manera que puede sufrir un animal.
Pues hoy señores me ha tocado arrancar unas veinte plantas de maíz, todas ellas verdes, sanas y vivas. Ya me habían dado lo mejor de sí, sus frutos, sus mazorcas, algunas perfectas y otras con estrés hídrico debido a mi falta de experiencia en sus cuidados.
Arrancar las plantas del huerto
Recuerdo la primera vez que me tocó arrancar unas preciosas y saludables lechugas y sólo contaba con la experiencia de que en jardinería sólo arrancaba las plantas marchitas, enfermas o muertas, … y entonces, ¿por qué o cómo voy a arrancar una lechuga que está fresca, sana y llena de vida?
También me cuesta arrancar a las crucíferas (coliflor, brócoli, coles de Bruselas, romanescu, berza). Estas son plantas muy resistentes y que sobreviven varios días después de ser arrancadas. Su fortaleza y ganas de vivir hace que me duela más arrancarle primero su fruto y luego toda la planta.
Sé que no estoy sola con estas emociones en el huerto. Recuerdo que el año pasado algún hortelano que conozco se planteaba cómo poder aprovechar las hojas de estas plantas siendo que el fruto es sólo una pequeña parte de la planta en su totalidad.
Este artículo es un agradecimiento a todas las plantas que me dieron sus flores y frutos, por deleitarme la vista, regalarme su perfume y alimentarme. ¡Gracias!
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Pensé que era la única persona a la que le pasaba esto.
No tengo huerta, pero me pasa con las macetas.
Tenía una idea en mi cabeza y al final, lo que sembré yo, quedó todo estancado y lo que se sembró solo… Crece vigorosamente.
Se me han llenado las macetas de rutabaga y otras plantas que parecen avena, y las dejo.
Lo que yo sembré germinó relativamente rápido pero luego se estancó en su crecimiento y lo que salió solo, crece vigorosamente.
Como un tomate que lo dejé solo, sin riego. Supongo que la botella de compost sobre la maceta ayudó a que no se secara.
Me fui de viaje un mes y cuando regresé ahí seguía tan verde como antes pero más grande.
Me fascina eso, verlas crecer tan rápido, la fuerza que tienen.
Hola Maeve, las personas a las que nos gustan las plantas sufrimos cuando ellas se marchitan y nos alegramos cuando crecen saludables y fuertes. Un abrazo!